Se celebró la tradicional festividad judía de Janucá en La Moneda

texto Agencia Makro fotos Sebastián Vivallo Oñate

 

En el Patio de Las Camelias del Palacio de La Moneda, se celebró la tradicional festividad judía de Janucá, encabezada por la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, junto a las más altas autoridades nacionales, miembros de la Comunidad Judía, rabinos de las diversas comunidades e instituciones de la Comunidad.

La Mandataria manifestó su alegría por realizar esta ceremonia en La Moneda, “una fecha que conmemora el heroísmo de un pueblo que hace 22 siglos se rebeló contra la opresión, que fue capaz de recuperar la libertad y el derecho a profesar su religión, sus tradiciones y sus costumbres ancestrales. Un pueblo que supo, como en muchas otras oportunidades a lo largo de la historia, iluminar con la fuerza de la esperanza, una época oscura, dejando tras de sí un ejemplo de perseverancia, de resiliencia y optimismo”.

Se trata de una fiesta que dura ocho días y comienza el día 25 del mes hebreo de Kislev (generalmente diciembre). Conmemora la victoria de los macabeos sobre los helenos, que significó la recuperación de la independencia judía sobre los griegos y la purificación del Templo Sagrado de Jerusalén, en el siglo II A.C. Además, recuerda el milagro de un cántaro de aceite sellado descubierto en el Templo que mantuvo la luz de la sinagoga durante ocho días, por lo que se le llama la Fiesta de las Luminarias o Fiesta de las luces.

Entre las costumbres de Janucá están el encender una vela cada día de la festividad en la januquia, un candelabro de ocho brazos alineados con un soporte adicional para otra vela, denominada “shamash”, que se emplea para encender las demás. También, existe la costumbre de tomar ciertos alimentos, como buñuelos rellenos de mermelada (sufganiot) y fritura de patatas; y los niños juegan con peonzas de cuatro lados marcadas con las iniciales hebreas de la frase “Un Gran Milagro Sucedió Aquí”.

La Mandataria destacó que hoy, más de 2000 años después de la recuperación del Templo Sagrado, enfrentamos desafíos distintos y “no podemos retroceder a aquellas épocas oscuras -del pasado lejano y del reciente- que como bien sabemos estuvieron marcadas por la violencia, la intolerancia y la exclusión. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras en el mundo resurgen con fuerza los discursos fundamentalistas, nacionalistas y xenófobos. Discursos que plantan las semillas de la división y la desconfianza, que también se plantean en Chile, y cuyos frutos pueden ser sumamente peligrosos, como vimos, muchos  de ustedes muy de cerca, durante la primera mitad del siglo XX”.

Sobre este punto, señaló que “esta nueva celebración de Janucá es un momento propicio para renovar nuestro compromiso con los valores que hacen posible la vida en común y con el respeto irrestricto de los derechos que todo ser humano posee, independientemente de su género, pertenencia, procedencia o condición social”.

La Presidenta invitó a los presentes y a todos los chilenos a “hacer un esfuerzo por iluminar y enaltecer el debate público, por evadir las respuestas simples a problemas complejos, por reforzar el diálogo y el respeto mutuo, y por abrir espacios de encuentro que nos permitan conocernos y valorar la diversidad. Debemos construir puentes, no murallas, ni de concreto ni de prejuicios”.

 

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